¡Indica, (Candi)dato!
Nuestro compromiso es con la política pública medincal
Como parte de nuestros trabajos como aspirantes a una mejor política pública de Cannabis, apostamos a la inserción directa en la conversación con los aspirantes a puestos electivos para las elecciones del 2024.
Si a usted le interesa conversar con nosotros, favor de radicar nuestro sondeo de interés, en el siguiente enlace:
https://forms.gle/tG76ExDZBh1pViGp7
Algunas modalidades de participación incluyen:
Radicación de formulario
Realización de entrevista privada
Realización de entrevista en vivo
Producción de contenidos de alcance comunitario
Nota: NO es requisito el apoyo indiscutible a la expansión del Cannabis Medicinal, y nos disponemos a conversar con todo aquel interesado.
Alejandro Santiago Calderón
El 10 de marzo de 2024, el Licenciado Alejandro Santiago se presentará como candidato en el método alterno del Movimiento Victoria Ciudadana para ser uno de sus candidatos al Senado por Acumulación. En este contexto, abierto a todos los interesados que se registren, tuvimos la oportunidad de conversar con Alejandro sobre sus prioridades en cuanto al desarrollo de políticas públicas relacionadas con el uso de sustancias en Puerto Rico.
Con una trayectoria como Trabajador Social Clínico y una participación activa en el Colegio de Trabajadores Sociales de Puerto Rico, Alejandro posee un sólido trasfondo profesional en este ámbito. Sin embargo, destaca que sus experiencias personales son lo que realmente lo distinguen de sus colegas. "Sé lo que es quedarse despierto toda la noche porque hay un helicóptero aterrizando encima de tu casa", menciona, refiriéndose a la presencia habitual de las Fuerzas Unidas de Rápida Acción (FURA) en los Residenciales Públicos de Puerto Rico. "Residencial público, o caserío, como queramos llamarlo", recalca Alejandro, haciendo hincapié en la diversidad de identidades oprimidas que representa.
Sin embargo, Alejandro aboga por abandonar el paternalismo y adoptar en su lugar el reconocimiento de la dignidad humana como base para las estrategias de reducción de daños. Además, insta a sus colegas, incluyendo aquellos que ocupan cargos legislativos, a actuar con valentía, responsabilizándolos por encima de las afiliaciones partidistas. "Si tienes conocimiento sobre los daños que puede causar una política pública y no actúas, el daño es aún mayor", afirma. Reconoce avances, especialmente en el caso del cannabis medicinal, pero lamenta que esto haya desviado la conversación de otros temas importantes.
Particularmente, Alejandro reconoce que la comercialización actual permitió la expansión de acceso no tan solo a producto, sino a conversación y educación que previamente solo se podía mantener en círculos académicos u organizaciones sin fines de lucro. Sin embargo, lamenta que de otra manera esto ha distraído la conversación. “No se puede ver abrir un nuevo dispensario como abrir una nueva barbería”, señaló, añadiendo que para lograr su fin de ser una política pública medicalizada, hay que invertir en investigación, desarrollo y avalúo continuo de los objetivos de salud pública que se buscaban con su creación.
En cuanto a la despenalización de sustancias, incluido el cannabis, Alejandro reconoce la realidad colonial de Puerto Rico. Dado a que la criminalización emana principalmente de estatutos federales, Alejandro subrayó que es un asunto de colonialidad en sí misma. Esto entonces subraya su visión sobre la colonialidad: la descolonización implica aspirar a modelos de desarrollo social que beneficien a todos los ciudadanos, y en ese sentido, considera que el Estado Libre Asociado no cumple con ese propósito. Aunque no se identifica como independentista ni estadista, su objetivo es representar a todas las personas afectadas por este proceso, particularmente a las poblaciones vulnerables de Puerto Rico. "El estatus político actual no funciona", subrayó.
Escrito y entrevista por: Danilo Trinidad Pérez-Rivera
Dr. José Antonio "Chaco" Vargas Vidot
Uno de los desafíos que enfrentaba era la falta de intervención del paciente y la necesidad de comprender cómo las interpretaciones de los tratamientos afectaban los resultados de laboratorio. Además, estaba involucrado en un proyecto del CDC para recopilar datos sobre la prevalencia del VIH en Puerto Rico, después de años de negación oficial del problema. Esta negación generó dificultades financieras para el sistema de salud al no estar preparado para la cantidad de pacientes que requerían tratamiento, lo que finalmente llevó a una recolección más precisa de datos para abordar la situación.
El Dr. Vidot, también conocido como “Chaco”, es reconocido por su enfoque compasivo y humano en el tratamiento de pacientes con adicciones a sustancias. Su experiencia como médico lo ha llevado a cuestionar la criminalización del uso de sustancias en Puerto Rico desde una perspectiva más empática y comprensiva. En una reciente entrevista, el Senador Vidot compartió cómo su formación médica influye en su postura sobre este tema delicado. "Creo que es importante entender que la adicción es un asunto complejo y subjetivo", expresó. Como médico, ha presenciado de primera mano las repercusiones de las adicciones y la necesidad de abordarlas desde una perspectiva más compasiva. Su experiencia en el servicio público lo llevó a enfrentarse a la crisis del VIH en Puerto Rico, una situación que según el gobierno ignoró durante años. "Trabajar en un área afectada por el VIH me enseñó la importancia de abordar las adicciones desde un enfoque de salud pública y no solo desde la criminalización", agregó el Senador. Su enfoque se centra en encontrar soluciones integrales que aborden las causas subyacentes de las adicciones y proporcionen apoyo y tratamiento a quienes lo necesitan.
Durante la entrevista, el Senador Vidot proporcionó más detalles sobre su experiencia durante la crisis del VIH en Puerto Rico durante los años 1987, 1988, 1989 y 1990. El Senador Vidot experimentó una transformación personal y profesional significativa mientras enfrentaba los desafíos de la crisis del VIH en Puerto Rico. Como médico, se encontró tratando a una gran cantidad de pacientes relacionados con el uso de drogas inyectables, lo que lo llevó a enfrentar prejuicios y obstáculos en su práctica médica. Aunque se le preguntó sobre una posible crisis de heroína en ese momento, el Senador aclaró que su enfoque estaba centrado en el VIH en lugar de la heroína. Explicó que, desde su perspectiva en la calle, “Una crisis de heroína sería que no hubiese heroína en la calle”, algo que no había experimentado debido a su disponibilidad generalizada. En ese período, estaba dedicado a trabajar en proyectos de investigación sobre el VIH, incluido un estudio longitudinal para describir el espectro natural de la enfermedad.
Al indagar sobre la posición del Senador Vidot respecto al cannabis, abordó un tema crucial en la política contemporánea. El Senador Vidot, reconocido por su perspectiva progresista, no titubeó en expresar su postura firme y fundamentada en la necesidad de una regulación más racional de esta sustancia. Al preguntarle sobre su postura en cuanto al cambio de clasificación del Cannabis, el Senador Vidot expresa su apoyo al cambio de categoría propuesto para el cannabis, pasando de la Clasificación 1 a la Clasificación 3 de sustancias controladas.
En primer lugar, el Senador Vidot destacó su oposición a la penalización del cannabis, argumentando que esta medida no solo es ineficaz sino también contraproducente. En su lugar, abogó por una regulación que reconozca las diversas formas de uso de esta planta, tanto recreativa como medicinal. Destaca que la demonización del cannabis ha sido principalmente un acto caprichoso y social, que ha llevado a la supresión de información y a la validación de la ignorancia. Considera que la guerra contra las drogas ha creado una oportunidad para reforzar estructuras punitivas, y que el cannabis, al ser un chivo expiatorio, ha sido utilizado para este propósito.
El Senador Vidot reflexiona sobre el posible impacto social del cambio de categoría del cannabis. Destaca que este cambio implicaría una “transformación total en la estructura de los dispensarios, que pasarían a estar más médicamente regulados”. Sin embargo, expresa su preocupación de que esta regulación excesiva puede convertir al cannabis en una droga controlada, lo que podría alimentar el mercado clandestino y generar un ciclo vicioso similar al de otras sustancias como el Percocet. Vidot señala que en Puerto Rico se ha abordado el cannabis de manera inversa, comenzando por su uso medicinal en lugar de recreativo. Propone que la regulación del cannabis debería estar a cargo del Departamento de Agricultura en lugar del Departamento de Salud, y aboga por permitir a las personas cultivar sus propias plantas en casa, con un límite de al menos 20 plantas por hogar. Sugiere que esta medida permitiría un mayor control sobre la producción y distribución del cannabis, especialmente teniendo en cuenta que en Puerto Rico no hay un mercado legal de semillas.
La discriminación y la falta de acceso a servicios de salud mental, junto con los estigmas sociales asociados con el VIH y el uso de drogas, lo llevaron a darse cuenta de que el problema era mucho más profundo que simplemente el uso de drogas. Vidot observó de primera mano los desafíos significativos que enfrentan las personas atrapadas en la adicción, especialmente en un entorno donde el uso crónico de drogas era omnipresente y donde las personas adictas eran consideradas estorbos por los dueños de los puntos de droga. Este período lo llevó a darse cuenta de la necesidad de abordar no solo la adicción en sí misma, sino también los factores sociales y ambientales que contribuían a ella. Este proceso lo llevó a adentrarse en el mundo del tráfico y el uso de drogas, y eventualmente desarrolló el Proyecto Encuentro, un foro destinado a abordar estos problemas directamente en los puntos de droga, donde la ciencia y la compasión se unieron en su lucha por abordar la crisis desde una perspectiva más holística y comprensiva. Durante este tiempo, tuvo la oportunidad de aprender de "maestros de la calle" sobre la realidad del consumo de drogas y cómo sobrevivir en ese entorno hostil. La compasión, según él, no se trata de sentir pena o lástima, sino de mostrar solidaridad y trabajar para convertir los sueños y esperanzas de las personas en realidad.
El Senador Vidot reflexiona sobre si todavía se ve a los usuarios de drogas de la misma manera en la sociedad actual. Observa que, lamentablemente, todavía hay una percepción de los usuarios de drogas como personas desechables y sin valor, incluso por parte de los dueños de los puntos de droga. Estos últimos utilizan argumentos similares a los religiosos para justificar su rechazo hacia los usuarios, lo que muestra cómo se perpetúa la estigmatización y la discriminación. Vidot destaca la existencia de mundos paralelos en la sociedad, donde existe un mercado oculto de personas que consumen opioides sin tener un problema de adicción. Este fenómeno sugiere que, a pesar de los esfuerzos por abordar la adicción, todavía hay muchos aspectos desconocidos o no reconocidos en la sociedad respecto al consumo de drogas y sus implicaciones sociales.
La recomendación de reclasificación se hizo conjunto a la publicación de un reporte exhaustivo que puede acceder en este enlace. Puede también escuchar un resumen de esta decisión aquí.
El Senador critica el enfoque hipócrita del sistema actual, que utiliza el cannabis medicinal como un medio para obtener ganancias tanto para los dueños de los dispensarios como para el Estado, mientras que la regulación local fragmentada del cannabis medicinal limita su eficacia. Destaca que un gran porciento de la población ha probado o usa cannabis en algún momento, lo que subraya la necesidad de una regulación más acorde con la realidad social y las prácticas existentes. Al preguntarle sobre cuál es su opinión sobre el uso problemático de cannabis y su relación con la adicción él responde: “Creo que hay mucha exageración sobre el abuso de cannabis. En mi experiencia, el uso problemático es poco común, y la mayoría de las veces se basa en preocupaciones infundadas de los familiares más que en problemas reales del consumidor”.
El Dr. Vidot, con su enfoque compasivo y su perspectiva médica, desafía las políticas tradicionales de drogas en Puerto Rico. Su postura firme a favor de una regulación más racional del cannabis refleja su compromiso con abordar los problemas de manera comprensiva y basada en la evidencia. Su mensaje principal es claro: la regulación de sustancias debe priorizar la salud y el bienestar de la comunidad, y no perpetuar estigmas o prejuicios. Su visión es transformar la manera en que la sociedad aborda las adicciones, promoviendo soluciones holísticas y empáticas para mejorar la salud y la calidad de vida de todos los puertorriqueños.